sábado, 8 de diciembre de 2012

Del sueño a la felicidad.

Entré en aquella habitación oscura, era inmensa y estaba llena de telarañas. Nada más entrar, una sensación fría de sufrimiento me rozaba la cara. Al fondo pude ver dos tenues luces colgadas del techo, una era blanca, y la otra era de un color que no podría explicar, era precioso, un color que jamás había visto. 
Fui hacia las luces, estaban casi apagadas y parecían estar lejos. Conforme me iba acercando, vi la silueta de lo que parecía ser un niño que hacía girar dos manivelas. Me acerqué a donde estaba el chico y me di cuenta de que no era un chico normal, su piel era diferente, era de color verde. Saludé y acto seguido no pude evitar preguntarle por qué era de color verde y él comenzó a hablar conmigo con una voz rota y apagada.

-¿Eres de color verde? ¿Cómo es eso?
- Yo no soy un humano como tú, soy un sueño.
-¿Un sueño? Los sueños no son personas.
-No, te repito que no soy una persona, soy un sueño, un deseo, vosotros, las personas, sois los que nos dais vida.

Quedé algo confundido con la respuesta, no entendí bien su explicación. 
El sueño no paraba de girar las manivelas que parecían hacer que las luces no se apagaran. Volví a entablar conversación con él.

-¿Qué son esas luces?
-Lo único que sé de esas luces es que no debo dejar de mover estas manivelas para que no se apaguen.
-¿¡Todo el día!?
-Sí... todo el día.
-¿No te cansas?
-Sí, hay un sueño azul que me trae comida de vez en cuando para coger energías, pero aún así, cansa mucho. Mi amo me obliga a mantener la luz blanca encendida, siempre me dice que la otra luz no es tan importante, pero a mí me gusta más ese color.

El pequeño sueño verde siguió contándome por qué soportaba ese cansancio, él estaba enamorado del color de aquella luz, pero su amo le obligaba a mantener la luz blanca encendida, ya que esta contenía todos los colores.
Yo no entendía como aquel sueño podía aguantar tanto cansancio sólo por mantener la luz blanca. La manivela de aquella luz blanca se atascaba y él tenía que hacer todavía más fuerza mientras que la otra manivela iba como la seda. No podía parar de mirar aquella luz de color, era tenue, pero su color... Qué color... Jamás había visto un color tan bonito, ni el más brillante de los dorados era tan perfecto como esa luz. Empezaba a entender por qué aquel sueño estaba enamorado de ella.

-¿Has pensado en escuchar a tu interior y olvidar a tu amo?
-¡¿Qué?!
-Sí, tu amo no tiene por qué llevar razón siempre.
-Pe...pero... La luz blanca... No puedo apagarla, tiene todos los colores.
-¿Tú ves algún color? Yo ahí sólo veo un color blanco, el color que cualquier cosa podría tener y no un color único, como el de la otra luz.
-Pero dentro están los colores...
-¿Tú prefieres un color que puedes ver y sentir o infinitos que nunca llegarás a descubrir?

El sueño paró las manivelas. Estaba como ausente, parecía estar pensando algo. Las luces empezaron a hacerse cada vez más tenues, la luz blanca se iba haciendo grisácea y la otra se volvía negra
De repente, comenzó a girar la manivela de la luz de color más fuerte y más rápido que antes, la luz comenzó a brillar y a brillar, el color se veía cada vez más precioso. El sueño soltó la manivela y esta siguió girando con fuerza. La luz no dejaba de brillar, jamás había visto semejante espectáculo de luminosidad.
Cerró los ojos, su piel verde se estaba volviendo del color de la luz, comenzó a fundirse con ella en una especie de torbellino de luz, era cegador, cada vez más claro, hasta que desapareció por completo iluminando la habitación que estaba a oscuras, era preciosa, una habitación inmensa llena de luz de un color fantástico.
Una señora mayor de color azul con un plato lleno de comida abrió la puerta y se quedó observando la habitación con una amplia sonrisa. Yo estaba confuso, no sabía qué era lo que había pasado en aquella sala.

-¿Qué ha pasado señora?
-Verás, joven, todos los sueños tenemos un fin, la felicidad, y este pequeño sueño verde encontró la suya gracias a tu ayuda.

Acto seguido, la señora comenzó a desvanecerse en el aire en un rayo de luz azul.


Todos tenemos un sueño al que escuchar para llegar a ser felices, escucha al tuyo.